Navegando las emociones en los TCA: cómo entenderlas y gestionarlas sin culpa
- alimentandoemocion
- 14 abr
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Las emociones son parte de nuestra vida y nos acompañan en cada experiencia. A veces, pueden sentirse demasiado intensas, especialmente cuando se vive con un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) La culpa, el miedo, la frustración o el enojo pueden aparecer con frecuencia, haciendo que el día a día se vuelva más desafiante. Pero es importante recordar que sentir no es un error y que aprender a explorar y aceptar las emociones sin juicio es un paso fundamental hacia la salud mental y la recuperación.
Las personas con TCA suelen intentar bloquear y evadir el dolor emocional. Tal vez te ha pasado que sientes tristeza, enojo o desesperanza cuando comes un "alimento prohibido" o cuando alguien hace un comentario sobre tu cuerpo. A menudo, para evitar estas emociones, podrías buscar distraerte, ignorarlas o incluso recurrir a mecanismos de adormecimiento, como la restricción alimentaria o los atracones .
Sin embargo, cuanto más evites enfrentar el malestar, más intenso se vuelve. En lugar de resistirlo, es importante aprender a experimentarlo conscientemente. Aquí es donde entra el mindfulness de la emoción, una técnica que nos ayuda a observar y aceptar nuestras emociones sin intentar cambiarlas o huir de ellas.
Ejercicio de observación consciente para gestionar la incomodidad emocional
Este ejercicio te ayudará a experimentar tus emociones sin juzgarlas ni tratar de cambiarlas o hacerlas desaparecer:
1. Encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentarte cómodamente y céntrate en el momento presente.
2. Cierra los ojos y nota la presencia de la incomodidad. Permítete sentirla sin intentar cambiarla o reprimirla. Experimenta la incomodidad y todo lo que la acompaña.
3. Acompáñate con compasión mientras experimentas estas sensaciones de malestar. Toma tu propia mano mientras te acompañas a ti mismo. Observa tu incomodidad y quédate con ella un rato. No trates de hacer nada para que desaparezca. Solo obsérvala y siéntela sin juzgarte ni culparte por sentirla. Simplemente permite que esté ahí.
4. Observa lo que sucede sin juzgar. Si notas que tu mente divaga o notas algún cambio en cómo te sientes, simplemente reconócelo, obsérvalo con compasión y vuelve a centrarte en la sensación.
5. Cuando lo sientas adecuado, vuelve a centrarte suavemente en tu respiración y descansa tu atención en ella. Después de un momento, abre los ojos, haz una pausa y luego podrás regresar a tus actividades.
Este ejercicio ayuda a romper el ciclo de evitación y resistencia, dándote la oportunidad de procesar tus emociones de manera más saludable. Ponlo en práctica y ¡realízalo todas las veces que necesites!
Aceptar nuestras emociones no significa que nos deban dominar, sino que podemos aprender a transitarlas con amabilidad y paciencia. Cada pequeño paso que tomes para ser consciente de cómo te sientes te acerca a una relación más sana contigo mismo.
Elaborado por: Irlanda Iremar Parra Cota.
Estudiante de psicología en la Universidad Anáhuac Puebla, con un profundo interés en la psicología clínica. Apasionada por explorar los complejos caminos de la mente humana y por el estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Su motivación radica en el deseo de comprender y ayudar a quienes enfrentan estos desafíos, buscando mejorar la relación con su cuerpo y alimentación, y transformando creencias dañinas para fortalecer su bienestar emocional.
Referencias:
Albers, S. (2009). Eat, drink and be mindful (1.a ed.). New Harbinger Publications.

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