top of page
Buscar

TCA en el embarazo: un desafío silencioso

  • alimentandoemocion
  • 22 sept
  • 3 Min. de lectura

La sociedad suele pintar el embarazo como una etapa llena de emoción, plenitud y conexión. Pero, ¿qué pasa si no es así para ti? ¿Qué pasa si ver cómo cambia tu cuerpo no te emociona, sino que te da miedo? ¿Qué pasa si comer no lo sientes como algo normal, sino como una batalla diaria?


Si estás atravesando el embarazo y tienes antecedentes o estás en tratamiento de TCA, quiero que sepas algo muy importante: no estás sola. Es válido y normal sentir ambivalencia. Es válido tener miedo, es válido no encajar con lo que se supone que deberías estar sintiendo.


Cuando el embarazo reabre heridas

Durante el embarazo, es normal que muchas emociones se vuelvan más intensas. Pero si ya viviste con un TCA, es posible que algunos pensamientos alrededor de la comida vuelvan. El aumento de peso, los cambios hormonales, el apetito que sube y baja, el cuerpo que cambia…todo esto puede sentirse bastante abrumador. A veces el cuerpo empieza a sentirse como un enemigo, y esto puede generar culpa o angustia. En esos momentos es normal que aparezcan pensamientos ambivalentes como ‘quiero tener a mi hijo, pero no quiero subir de peso’ o ‘me da miedo que mi cuerpo no regrese a ser como antes’. Reconocer estas ideas sin juzgarte es el primer paso. Para afrontarlo, puedes apoyarte en estrategias como: practicar técnicas de respiración o mindfulness cuando la ansiedad aparezca, compartir tus miedos con alguien de confianza, y recordar que estás haciendo lo mejor que puedes para ti y tu bebé


También puede ser que nunca antes te haya pasado y ahora, en el embarazo, estés empezando a preocuparte demasiado por tu imagen, a restringir lo que comes, a obsesionarte con el ejercicio, o a cualquier otra conducta que sea una obsesión con tu cuerpo y la comida.


¿Por qué puede ocurrir esto?

Hay muchas razones que pueden estar detrás de lo que estás sintiendo:

-       La presión por mantenerte “en forma” incluso embarazada.

-       Algún duelo no resuelto.

-       Miedo al parto.

-       Sentirte insegura, triste, ansiosa o incluso, no lista para este nuevo rol.

-       Haber vivido antes con un TCA que no fue tratado del todo.

Ninguna de estas razones te hace débil. Te hacen humana.


Los riesgos existen, pero también existen los recursos

Sabemos que los TCA en el embarazo no son una cuestión estética. Pueden traer riesgos para ti y para ti bebé. Pero lo más importante es que también hay formas de prevenirlos y tratarlos a tiempo. No necesitas cargar con esto sola.


En esta etapa puedes contar con más contacto con profesionales de la salud, lo que abre la posibilidad de pedir apoyo sin esperar a que la situación se vuelva más difícil. Entre los recursos están: tu médico de cabecera, un terapeuta que entienda la relación entre embarazo y TCA, un nutricionista que no se enfoque solo en el peso sino en tu bienestar, y una red de apoyo cercana que te escuche y acompañe sin juzgar.


Mereces vivir esta etapa sin culpa

El embarazo no debería de ser un campo de batalla entre el deseo de ser mamá y el miedo a cambiar. Y aunque no siempre es fácil, es posible transitarlo con más compasión. No hacia el cuerpo perfecto, sino hacia ti misma. Estás creando vida. Pero también mereces vivir la tuya en paz.


Y a veces, el primer paso para cuidarlo a él o a ella… es empezar a cuidarte a ti.


Elaborado por: Arantza Pichel Botello. 

Estudiante de Psicología en la Universidad Anáhuac Puebla, con interés en la psicología clínica. Comprometida con el estudio y atención de los TCA, motivada por su complejidad y por la alta prevalencia en la población actual. Cree en que la importancia de promover una relación más compasiva con el cuerpo y la alimentación es base para la salud mental.


Referencias:


Foto de cottonbro studio
Foto de cottonbro studio

Comentarios


bottom of page